El monje que vendió su Ferrari

Hoy traigo uno de los libros clásicos en el desarrollo personal y lectura obligada para todos los que estamos comprometidos con ser cada vez mejores personas.

Robin Sharma nos cuenta la historia de Julian, un prestigioso abogado, que tras sufrir un infarto, se marcha al Himalaya y a su regreso le transmite a su compañero John todo lo que ha aprendido durante su estancia en Sivana.

Aunque aquí os traigo un breve resumen de las enseñanzas del libro, merece la pena tenerlo e interiorizarlas.

Los cinco pasos del monje:

  • El primer paso es tener una visión clara del resultado. 
  • El segundo es crear una presión positiva que te sirva de inspiración.
  • El tercer paso es que nunca te marques una meta sin fijar un plazo.

Hazte con un cuaderno y bautízalo “cuaderno de sueños” y anota en él todos tus deseos, objetivos y sueños. Divídelo en secciones independientes según las distintas áreas de tu vida. Por ejemplo, objetivos en materia de puesta a punto, financieros, sociales y de relación. Incluye en el cuaderno imágenes de lo que deseas conseguir o de personas que ya han conseguido los objetivos que tú quieres. Revisa el cuaderno cada día aunque solo sea unos minutos.

  • El cuarto paso es “la regla mágica del 21” para que un comportamiento nuevo cristalice en hábito, hay que realizar esa nueva actividad durante 21 días seguidos.
  • El quinto paso consiste en que debes disfrutar del proceso: un día sin risa o un día sin amor es un día sin vida.

El arte del Kaizen

Se practica esforzándose cada día. Esfuérzate por mejorar cuerpo y mente. Cultiva tu espíritu. Haz cosas que temes. Haz las cosas que siempre has querido hacer y que no has hecho porque te considerabas demasiado joven o demasiado viejo. 

¿Te da miedo hablar por teléfono o en una conversación con alguien? ¿Te cuesta mantener una relación? ¿Te falta energía o una actitud más positiva? Haz un inventario de tus flaquezas. Tómate tiempo para reflexionar acerca de qué te está impidiendo llevar la vida que realmente quieres llevar. Cuando hayas identificado tus debilidades, el siguiente paso es afrontarlas con decisión y tratar de resolver los miedos.

Unos de mis miedos siempre ha sido hablar por teléfono porque me cuesta mantener una conversación, en persona me quedo sin palabras y por teléfono, como no veo la cara de la otra persona siempre me la imagino con cara de hastío. Cuando tengo que hacer una llamada me lo pongo como prioridad de mi día y hasta que no la realizo no continúo con mis rutinas. 

Debes dedicar cada día un tiempo a trabajar en ti mismo, aunque sean diez o quince minutos. Renovarte a ti mismo es lo más importante que puedes hacer. Sacar tiempo de tu apretada agenda para mejorarte y enriquecerte mejorará drásticamente tu efectividad en cuanto te pongas a ello.

Los diez rituales de la vida radiante

  • El ritual de la soledad: pasar un tiempo a solas y en silencio. La soledad y la quietud te conectan con tu fuente creativa y traen beneficios como sensación de bienestar, paz interior, más energía, equilibrio en tus tareas cotidianas e incluso dormirás mejor. Practícalo siempre a la misma hora para que se convierta en un hábito.
  • Ritual de fisicalidad: el poder del cuidado físico. Si cuidas tu cuerpo cuidas tu mente. Haz ejercicio a diario. 
    • La manera más rápida de doblar o triplicar tu energía es aprender el arte de la buena respiración. Dos o tres veces al día dedica un par de minutos a pensar en cómo respirar de un modo más eficaz.
  • El ritual de la nutrición: Una dieta pobre tiene un pronunciado efecto sobre tu vida. Llena el plato de verduras, frutas y cereales y vivirás eternamente. Si te gusta la carne no hay problema en que sigas comiéndola pero reduce al máximo la ingesta de carne roja. Cuesta mucho digerirla y la digestión es uno de los procesos que más energía consumen. Si no quieres ser vegetariano estricto, al menos consume una ensalada en cada comida y fruta de postre.
  • El ritual del saber abundante: convertirse en un alumno de la vida. Lee regularmente libros que sirvan para perfeccionarte a ti mismo y a tu calidad de vida. Los libros no te enseñan nada nuevo. Te ayudan a ver lo que ya está dentro de ti.
  • La reflexión personal: el hábito de pensar. Al final de la jornada, haz un análisis de lo que has hecho en el día y de cuáles han sido tus pensamientos, de ese modo sabrás qué estás haciendo bien y en qué necesitas mejorar.
  • Ritual del despertar anticipado: en general dormimos más de lo necesario. Podemos pasar con seis horas de sueño y estar perfectamente sanos. Lo que cuenta es la calidad del sueño, no la cantidad. Los diez minutos previos a acostarse y los diez minutos siguientes al despertar influyen mucho en tu subconsciente. Antes de acostarte no oigas noticias ni discutas con nadie ni repases mentalmente los acontecimientos del día. Relájate. Poco después de levantarte pregúntate ¿qué haría hoy si fuera el último día de mi vida?
  • El Ritual de la música: invierte un poco de tiempo cada día, aunque sea solo a escuchar una canción.
  • El Ritual de la palabra hablada: es una práctica muy efectiva para mantenerse concentrado, fuerte y feliz. Puedes usar mantras o afirmaciones. Eres lo que dices y piensas todo el día. Si dices que estás viejo, actúas como tal pero si te repites que estás sano y lleno de vida, tu vida cambiará radicalmente.
  • El Ritual del carácter congruente: “Siembras un pensamiento, cosechas una acción. Cosechas una acción, siembras un hábito. Siembras un hábito, cosechas un carácter. Siembras un carácter, cosechas un destino.”
  • El Ritual de la simplicidad: vive una vida sencilla. Concéntrate en tus prioridades, en esas actividades que tienen verdadero sentido. Deja de atender el teléfono cada vez que suene, deja de leer la propaganda del buzón, reduce el uso del móvil

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