El fin es mi principio

Me encanta viajar. Sí, lo sé, no soy nada original y es algo que nos pasa a muchos. Cuando era muy jovencita me dije que ya que tenía la suerte de estar en este mundo, lo mejor que podía hacer era conocerlo, al fin y al cabo ¿qué hacemos cuando llegamos a un sitio nuevo? A medida que vamos madurando nos damos cuenta que es imposible conocer el mundo entero y tenemos que escoger una parte. 

Desde que soy madre he aparcado los viajes y no los añoro porque sé que algún día volveré a retomar la carretera pero no puedo evitar ver programas que me lleven a otros lugares o libros que me den a conocer paraísos lejanos.

Tal vez por la situación que estamos viviendo, últimamente la muerte está muy presente en mi vida. El mensaje que me llega es el de normalizarla ya que para nosotros los occidentales es un tema tabú, que nos provoca, cuando menos miedo. 

Lo cierto es que me llegan historias de personas que, sabiendo que tienen los días contados, hablan de ella con serenidad, como si fuese una etapa más (que no deja de serlo) y expresan como viven ellos ese momento dándonos a todos una lección de vida. Así nos encontramos casos como Randy Pausch, Pau Donés o últimamente se ha hecho viral el conmovedor vídeo de David, un joven futbolista que, poco antes de morir, lo grabó para su hija.

Cuando el presente no me interesa, yo tengo un gran refugio: la historia. Es que si no comprendes la historia no comprendes la actualidad”.

Tiziano Terzani nació en Orsigna, Italia en 1938. Fue un periodista, escritor, ensayista que desde 1972 trabajó de corresponsal en Asia para el semanario alemán Der Spiegel, los diarios italianos Corriere della Sera, La Repubblica y el seminario L’Espresso. Es conocido como uno de los corresponsales de guerra más brillantes de la historia del periodismo. 

Su contacto directo con las personas que sufrieron la guerra despertó en él un humanismo muy crítico con el poder. Vivió en primera persona la revolución cultural china, el genocidio de los jemeres rojos y la guerra de Vietnam. Además estuvo en la caída de Saigón, en los orfanatos de la madre Teresa de Calcuta, en la China maoísta y en recónditos templos tibetanos. 

“Me fascinó la profesión de periodista, que para mí se convirtió en una forma de vida, porque me dio la oportunidad de estar siempre en primera línea, hacer las preguntas más impertinentes, vigilar a los poderosos y luego contarlo todo”.

Asia le atrajo porque andaba “en busca del otro” y quería conocer “un mundo desconocido” pero a medida que pasaron los años, ese otro se fue difuminando en el mayor conocimiento de esas sociedades y contó, como pocos, el vertiginoso cambio social que Asia ha experimentado. 

“Antes de nada hay que comprender los motivos del otro y ser respetuoso con las demás formas de ver el mundo. Sostengo que en occidente no tenemos ni el monopolio sobre la cultura, ni el monopolio sobre la dignidad de la mujer, ni el monopolio sobre la sabiduría”.

En marzo de 2004, debido al cancer que padece, sabe que sus días están contados y llama a su hijo Folco para tener con él unas valiosas conversaciones en las que, a través de rememorar los momentos más importantes de su vida, que coinciden, a su vez, con los momentos más convulsos en la historia de Asia, le va dejando lo que él considera la esencia de la vida, su insaciable curiosidad por el mundo y sus habitantes que quedarán plasmadas en este libro.

“…¡y vive ahora! el pasado es simplemente un recuerdo, no existe. Son tus recuerdos acumulados, reordenados, falseados. Ahora, en cambio, no falseas nada. Lo que esperas del futuro es una caja repleta de ilusiones, vacía. ¿quién te dice que se llenará? `ahora trabajo, luego me jubilaré e iré a pescar.´ ¿quién sabe si aún habrá peces? la vida sucede en este momento y en este momento es cuando uno tiene que saber disfrutar de ella.

3 comentarios

  1. Así es… Vivir en el hoy es todo lo que queda, los otros tiempos no existen. Es bonita esa la forma en que tú viajas a través de un libro… Así empezaron los primeros viajes de mi vida… Engolosinandome con historias y evocando los lugares ahí descritos. Un abrazo grande desde México!

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